El sector aurífero está de retorno

El mercado minero, y el aurífero en particular, sufrieron un fuerte cimbronazo con la fusión entre Barrick Gold y Randgold Resources, creando el mayor productor del metal dorado a escala global. Una fusión de este calibre había dejado abierto el camino para potenciales uniones a futuro. Y ese futuro se convirtió en realidad a comienzos de 2019, con el anuncio de la fusión entre Newmont Mining y Goldcorp. En resumen, dos operaciones que incluyen a los principales actores del metal dorado.

La industria del oro ha salido de un letargo que se ha extendido por varios años: estas combinaciones entre empresas alientan una mayor inversión en exploración y desarrollo de proyectos, situación que comienza a reflejarse en la cotización del metal dorado. Cuando se observa este tipo de transacciones, la pregunta que surge es ¿Qué sigue luego de esto?

La ola de fusiones y adquisiciones experimentada a comienzos del milenio fue testigo de la desaparición de viejas compañías, a la vez que actores medianos cobraron un fuerte protagonismo que hoy los observa como líderes en sus segmentos. Y el sector del oro no será excepción al caso, porque se espera que otras empresas se unan para incrementar su capitalización de mercado, ello a efectos de disminuir la brecha creada por los dos nuevos gigantes. Al momento de este editorial, se especulaba con una potencial unión entre las sudafricanas AngloGold Ashanti y Goldfields, compañías que comparten jurisdicciones similares.

¿Qué se puede esperar de estas nuevas compañías? En un principio, dirigirán todos sus esfuerzos a optimizar aún más lo que consideren como activos esenciales dentro de su portfolio de propiedades, a la vez que acelerarán planes de expansión y avanzarán en el desarrollo de proyectos promisorios. Aquellas operaciones que no califiquen dentro del nuevo esquema corporativo estarán disponibles para otras organizaciones. En este punto es preciso remarcar que se trata de centros mineros que pueden encajar perfectamente con el plan de negocios de organizaciones de menor envergadura, que podrían tomar la posesión de operaciones que generan un flujo de fondos sólido.

¿Qué implicancias puede haber para Argentina? Si tenemos en cuenta la primera gran fusión, la nueva Barrick anunció la Fase 6 de mina Veladero, lo que muestra a las claras el firme apoyo con que cuenta la mina localizada en la provincia de San Juan, en Joint venture con
Shandong Gold. A la par, se abre el escenario para avanzar en mayores targets exploratorios localizados en la Faja El Indio, que comparten Argentina y Chile.

Mientras tanto, la mina Cerro Negro, localizada en la provincia de Santa Cruz, es una de las principales operaciones de Goldcorp, con un amplio potencial de expansión. Se espera que este yacimiento continúe en el eje de trabajo de la futura Newmont Goldcorp, con mayores apuestas en materia exploratoria.

Finalmente, es dable afirmar que otros actores del segmento aurífero que desarrollan actividades en Argentina podrían quedar involucrados en esta nueva ola de fusiones y adquisiciones. Ello puede despejar el camino para un mayor avance en diferentes proyectos, con el consiguiente impacto en las economías regionales.