ANÁLISIS: La crisis de Turquía ¿Una esperanza para el oro?

Se trata de una semana en la cual la crisis financiera de Turquía ha acaparado los principales titulares mundiales: la incierta situación de este país deja la puerta abierta a múltiples escenarios.

Antes que nada, es necesario poner en contexto qué significa Turquía en términos de geopolítica: es una pieza clave en la articulación entre Europa y Asia, un puente que une Occidente con Oriente. Desde hace siglos, la localización estratégica del país en cuestión –en otros momentos el Imperio Otomano- es vital, de momento que conecta –mediante el estrecho de los Dardanelos- el mar Mediterráneo con el Mar Negro. En pleno auge de la Guerra Fría, Turquía era una de las bases estratégicas de la OTAN frente a la extinta Unión Soviética.

El 10 de agosto fue calificado por los economistas y operadores bursátiles como un “viernes negro”, momento en que la lira turca perdió más de un 15% frente al dólar, en una escalada que se ha acrecentado a lo largo de estos días. La decisión del Presidente de EE.UU. –Donald Trump- de  duplicar los aranceles a la importación de acero y aluminio turcos ha exacerbado aún más la delicada situación de Turquía. No se puede dejar de señalar que la actualidad de Turquía -17° economía mundial en términos de PBI- ha arrastrado a la mayoría de los mercados emergentes.

En la medida en que impere la incertidumbre en los mercados financieros, ello combinado con conflictos geopolíticos e incertidumbre política, muchos inversores pueden empezar a buscar activos menos riesgosos, principalmente el caso del oro. Se trata de una actitud de toma de riesgo moderado en el marco de una posición defensiva.

El oro es reconocido como un activo de respaldo, así como un refugio ante las crisis. Cuenta con liquidez y no posee ningún riesgo crediticio intrínseco o de default. Ese es uno de los motivos de fondo por el cual algunos bancos centrales –particularmente China y Rusia- siguen apostando fuertemente por incrementar sus reservas auríferas ante un escenario donde el dólar no es la moneda de referencia, de momento que el mundo navega en un sistema de múltiples monedas.

La crisis desembarcó en Turquía y existen posibilidades de que se expanda a otras geografías. A pesar de que todavía no se han observado resultados inmediatos, se trata, ni más ni menos, de una nueva oportunidad para el oro.